Emmanuel Saldaña
La tolerancia es mirarse a uno mismo de manera crítica antes de juzgar a otros.
No es la indiferencia que está en la democracia, en la indignación y hasta en el diálogo.
A través de su libro, Luis Muñoz Oliveira llama a la reflexión.
“La fragilidad del campamento, un ensayo sobre el papel de la tolerancia” hace un recorrido histórico y filosófico de este valor.
Según el autor, la persona tolerante tiene que saber dialogar y escuchar al otro.
“El silencio es la fuente del entendimiento, sólo quien guarda silencio escucha, y en ese sentido, la virtud de callar debe ser vista como instrumento indispensable de la convivencia, no podríamos tener una sociedad de vocingleros perpetuos”.
Virtud esencial para la democracia.
Democracia concebida por Muñoz Oliveira como un gobierno por discusión.
Los miembros de una sociedad tienen que dialogar y discutir para acordar el rumbo de la vida en común.
“Porque lo otro sería la discriminación absoluta y en una sociedad que discrimina al otro difícilmente podemos decir que sea democrática”.
Para vivir en un sistema democrático hay que aprender a discutir.
“No nos gusta sentarnos en la mesa con el otro a discutir cuando tenemos intereses distintos a veces preferimos callarnos porque nos parece que la discusión es agresiva o difícil”.
En una sociedad diversa como la mexicana, dijo, se tiende a la discriminación al diferente.
Intolerancia que fisura a la sociedad.
“La fragilidad del campamento”, un ensayo para comprender la virtud de la tolerancia publicado por editorial Almadía.
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